En el jardín de mis paseos,
ando febril contemplando los frutales
donde gajos encarnados
descosen mis fútiles modales.
Me sacio de tus pechos,
esos en bombones guindados,
mordisqueo areolas hojaldradas,
y suspirando, amaso el cálido bizcocho.
Voy danzando y cantando,
sonriendo en la verbena de sentidos,
paladeando la loma de tu espalda
pecosa de almendras tallada.
Funde el caramelo en medialunas,
la nalgada nace en mi delirio,
manando del horno dulce lava
textura del laberinto de tu carne.
Es tu cuerpo mi dehesa;
donde pastan mis deseos,
repican mis campanas
y tiemblan mis cimientos.
ando febril contemplando los frutales
donde gajos encarnados
descosen mis fútiles modales.
Me sacio de tus pechos,
esos en bombones guindados,
mordisqueo areolas hojaldradas,
y suspirando, amaso el cálido bizcocho.
Voy danzando y cantando,
sonriendo en la verbena de sentidos,
paladeando la loma de tu espalda
pecosa de almendras tallada.
Funde el caramelo en medialunas,
la nalgada nace en mi delirio,
manando del horno dulce lava
textura del laberinto de tu carne.
Es tu cuerpo mi dehesa;
donde pastan mis deseos,
repican mis campanas
y tiemblan mis cimientos.