El sol se despereza en la prontitud del alba
y nos descubre amándonos en la embriaguez de la carne.
La noche ya se despidió con gritos estrellados
y el ámbar pinta la aurora de mil susurros.
Levantaos amigos, alcemos las copas virtuosas
proclamando vivas a la vida,
con alegrías desbordadas de gozos
y las almas rebosantes de plenitud.
Hoy, la desesperanzas se cuelan por los desagües
y la ganas de vivir nos empujan a saborear
los momentos vividos y los risueños que vendrán.