Me doy la vuelta y me encuentro a mí mismo.
No hay manera.
No, sin motivo.
Desde lejos me veo.
Dar la vuelta al disco,
cambiar el ritmo,
No hay manera.
No, sin motivo.
Desde lejos me veo.
Dar la vuelta al disco,
cambiar el ritmo,
girar sobre sí mismo,
aterrizar en el abismo.
Frunzo el ceño,
aterrizar en el abismo.
Frunzo el ceño,
doblo el empeño,
la razón de ser;
el misticismo.
Escuchando cantinelas me sorprendo;
Lucía, Mercé y un poco de Amigo.
Me encuentro templando las cuerdas
de la vida descordada del vacío.
la razón de ser;
el misticismo.
Escuchando cantinelas me sorprendo;
Lucía, Mercé y un poco de Amigo.
Me encuentro templando las cuerdas
de la vida descordada del vacío.
17 olas:
"vida descordada", que buena definición en este vacío.
Me gusto mucho.
Un beso Cesar!
Una reflexión personal perfecta en forma de poema.
Está genial!
Besos
Es una sensación que creo que todos hemos sentido alguna vez. La has descrito perfectamente en un maravilloso poema, César.
Un beso y gracias por compartirlo.
Que poema tão sentido!
Um beijo imenso!
Eso me suena bastante... Me recuerda a cuanto cambié de disco y todo fue mucho mejor.
¡qué armonía que le da la rima! por más que lo intente, no puedo rimar mis poemas, admiro ese talento
los últimos versos, muy buenos.
un beso!
Al fin y al cabo... quienes somos?
Saludos y un abrazo.
Tienes la mirada sabia.
Que aguante.
Saludos.
Qué buena musicalidad tiene, y has cerrado perfectamente, con buenos nombres.
Abrazos
César, magnífico poema. Un placer pasar por aquí, no defraudas. Un abrazo desde Canarias.
Wow la primera imagen donde te volteas y te ves a ti mismo es grandiosa!! Saludos!
Cuerdas que se tensan y destensan, así la guitarra de nuestra vida.
Abrazos
Al final todo es vacuidad, vacío, cambio.
A eso se resume la existencia.
Mucha luz, cariño.
rotundo y preciso
tu sonido es absolutamente melódico César
retumba en las conciencias
besitos
Cambiar el ritmo, escucharle a la vida, sentir motivos para seguir caminando.
Un beso.
A veces debemos descordarnos de la cuerdad de la vida, sino queremos que nos suceda,como al alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda...a tan solo dos metros del suelo por el miedo a cortar la cuerda.
¿Porqué estamos tan confiados de esta cuerda? ¿Por qué no la soltamos?
¡Un poema que da tanto para pensar! Genial Cesar.
No se que sucede pero no he visto ni la actualización de esta entrada ni la anterior.
Una abrazote amigo.
Excelente poema. La imagen del hombre callejero es muy buena y algo triste.
Un abrazo.
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