9 de octubre de 2011

una vez te oí decir



Una vez te oí decir que tus lágrimas no eran amargas, que los senderos que trazaban mostraban caminos hacia el sol, que el temblor de tus labios reflejaba el frío de la mañana. A menudo me pregunto la razón de tus desencuentros, los vaivenes de tu temple.
Algo me dice que la vida cambió de raíl, los naranjos perdieron el dulzor y el humo de las chimeneas dejó de pintar los cuadros de tus sueños.