20 de febrero de 2016

madre mía


Esta existencia mía que entre velos y risas fluye
no es casualidad de dioses o destinos,
sino de criatura inmune
que al viento ruge y a mí enseña camino.

Es la guirnalda de mi desatino
la madre de mis remolinos,
la dueña y señera de mis privilegios,
la que amo con todo sacrilegio.

La que me dio la vida
no por casualidad, no por destino,
sino en voluntad,
en libre cariño  

Y para que nunca olvides
lo que me circunscribe,
lo que me guía e ilustra,
me descubre y no me frustra,

te regalo y rindo

la luz que me diste.
Aquella que me viste,
la que da sentido a la que di,
la de mi capricho, la que parí.

Madre mía, sonrisas y lisonjas,
es la que besa mis pasos
errados o certeros.
Son los míos, fueron suyos.