3 de septiembre de 2011

Siendo



Me doy la vuelta y me encuentro a mí mismo.
No hay manera.
No, sin motivo.
Desde lejos me veo.

Dar la vuelta al disco,
cambiar el ritmo, 
girar sobre sí mismo,
aterrizar en el abismo.

Frunzo el ceño,
doblo el empeño,
la razón de ser;
el misticismo.

Escuchando cantinelas  me sorprendo;
Lucía, Mercé y un poco de Amigo.
Me encuentro templando las cuerdas
de la vida descordada del vacío.

17 olas:

Cecy dijo...

"vida descordada", que buena definición en este vacío.
Me gusto mucho.

Un beso Cesar!

Ginebra dijo...

Una reflexión personal perfecta en forma de poema.
Está genial!
Besos

Novicia Dalila dijo...

Es una sensación que creo que todos hemos sentido alguna vez. La has descrito perfectamente en un maravilloso poema, César.

Un beso y gracias por compartirlo.

Teté M. Jorge dijo...

Que poema tão sentido!
Um beijo imenso!

jonceltic dijo...

Eso me suena bastante... Me recuerda a cuanto cambié de disco y todo fue mucho mejor.

bianco dijo...

¡qué armonía que le da la rima! por más que lo intente, no puedo rimar mis poemas, admiro ese talento
los últimos versos, muy buenos.
un beso!

La sonrisa de Hiperion dijo...

Al fin y al cabo... quienes somos?

Saludos y un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Tienes la mirada sabia.
Que aguante.

Saludos.

AdR dijo...

Qué buena musicalidad tiene, y has cerrado perfectamente, con buenos nombres.

Abrazos

Andrés. dijo...

César, magnífico poema. Un placer pasar por aquí, no defraudas. Un abrazo desde Canarias.

Carlos Zarzalejo dijo...

Wow la primera imagen donde te volteas y te ves a ti mismo es grandiosa!! Saludos!

Trini Reina dijo...

Cuerdas que se tensan y destensan, así la guitarra de nuestra vida.

Abrazos

Espérame en Siberia dijo...

Al final todo es vacuidad, vacío, cambio.
A eso se resume la existencia.


Mucha luz, cariño.

lichazul dijo...

rotundo y preciso
tu sonido es absolutamente melódico César
retumba en las conciencias

besitos

María dijo...

Cambiar el ritmo, escucharle a la vida, sentir motivos para seguir caminando.

Un beso.

Lore dijo...

A veces debemos descordarnos de la cuerdad de la vida, sino queremos que nos suceda,como al alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda...a tan solo dos metros del suelo por el miedo a cortar la cuerda.
¿Porqué estamos tan confiados de esta cuerda? ¿Por qué no la soltamos?
¡Un poema que da tanto para pensar! Genial Cesar.

No se que sucede pero no he visto ni la actualización de esta entrada ni la anterior.

Una abrazote amigo.

josef dijo...

Excelente poema. La imagen del hombre callejero es muy buena y algo triste.

Un abrazo.